Una nueva adaptación literaria llega al cine, y esta vez, el sujeto de adaptación es un viejo conocido del cine: El Éxodo, que nos cuenta la historia de la esclavitud sufrida por el pueblo Hebreo a manos de los Egipcios; y también, cómo se dio su posterior liberación, bajo el liderazgo del profeta Moisés.
El nombre de esta nueva versión es: Éxodus: Dioses y Reyes, que bajo el mando del reconocido director Ridley Scott (Alien, Blade Runner), buscó recrear una de las más grandes historias de la Biblia, junto a un prestigioso elenco, entre los que se destacan: Christian Bale, Joel Edgerton, John Turturro, Ben Kingsley y Sigourney Weaver.
ESTO YA LO HABÍA VISTO
¿Por qué habría uno de repetir una historia que ya conoce? Esa es la pregunta que me hice al salir del teatro, pues luego de ver Éxodus: Dioses y Reyes no creo haber visto algo diferente a la famosa adaptación de 1956 de Los 10 Mandamientos, protagonizada por Charlton Heston y Yul Brynner; esa que repiten todos las semanas santas.
En Éxodus: Dioses y Reyes, Ridley Scott, un agnóstico declarado, se le midió a adaptar esta épica religiosa con escepticismo boyante, dejando como resultado un aséptica e insípida película que a mi modo de ver: es una más. La película tiene una primera parte para olvidar, pues es muy hablada y realmente no pasa nada; y en la segunda parte cuando las plagas y la destrucción llega, nos quedamos con un empalagoso montón de imágenes por computador. ¿Por qué no intentar nuevas formas de narrar una historia tan conocida? ¿Por qué no tomar el riesgo de narrarlo desde el punto de vista de Ramsés o desde la mirada de ese Dios del Antiguo testamento, por ejemplo?
Fuera de eso, como lo enuncié anteriormente, el elenco era un gran incentivo para verla, pero ni eso… Ben Kingsley, Sigourney Weaver y John Turturro, quedan reducidos a muy pocos minutos en pantalla. Que desperdicio.
Sin embargo, creo que hay dos elecciones “estéticas” que me parecen destacables: 1. La “explicación” lógica que se le intenta dar a las plagas. 2. Y con esta elección me quito el sombrero: Presentar a Dios como un niño. Me explico: Todos sabemos lo temerario y castigador que es el Dios del Antiguo testamento, ¿no? ¿Y existe alguien más tiránico, déspota, caprichoso y “destructor” sin medir consecuencias que un infante? Personalmente, no lo creo. Me parece un gran acierto representar una de las más terroríficas versiones de Dios alguno en la historia de la humanidad, de esta forma. A propósito, el otro día leí un chiste (bastante serio) y quiero compartírselos:
«-Amaos los unos a los otros como yo os he amado.
-¿Con plagas y diluvios?
-No, eso no. «
En conclusión, esta película es para olvidar: Talento desperdiciado, falta de innovación en la narrativa y un empalagoso uso de CGI. Sólo 2 elecciones estéticas, son las que se pueden salvar de esta «plaga».
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