Infinity War: El Trailer Infinito

Personalmente, ver algo de Marvel se me ha vuelto una especie de tensión que necesita ser resuelta, por más que sepa por adelantado lo difícil que será salir satisfecho de sus películas. Sin embargo, como toda pulsión, luego de verla aparte de aliviar la tensión, también se resuelven las incógnitas que por 10 años ha alimentado esta omnipresente saga.

Porque eso es importante reconocerlo, esta saga está definiendo, con sus ventajas y desventajas, cómo se están contando las historias de ficción en el cine del gran público. Narraciones donde los relatos cinematográficos ya no son autoconclusivos en 90 o 180 minutos, sino que se construyen historias que parecieran infinitas y que generan una cierta adicción por saber el destino de la historia y sus elementos. Una forma muy afín con el zeitgeist de esta época donde consumir (sí, consumir) una serie de 10 o más capítulos uno tras otro, es ley.

Las ventajas por supuesto están por el lado de su universalidad, pues son relatos lejanos de  complejidades y muy cercanos a las literalidades, justas para un público que busca el cine solo para entretenerse. Y que además ha hecho un buen trabajo delineando a sus personajes con claridad y familiaridad, preparando al público para saber cómo reaccionará cada uno de ellos en cualquier situación. Además, la omnipresencia del denominado Marvel Cinematic Universe ha vuelto todas estas historias parte de nuestra generación, entrando inevitablemente a ese limbo definido como “Cultura General”.

Sin embargo, el lado oscuro de estos innegables éxitos narrativos y económicos es que no solo se vuelven canon para el resto de la industria, que ha imitado sin éxito la fórmula, sino que también están arruinando una parte clave de la narrativa clásica a la que apunta ser parte y que para este tipo de historias es muy importante: el giro dramático.

Esto se debe a lo extra-cinematográfico y deriva en gran parte de la certeza que vendrán más películas de tal personaje, o de la finalización de los contratos de ciertos actores, robándole un verdadero sentimiento de pérdida y sorpresa cuando alguno de esos personajes con los que llevamos algún tiempo en la ficción “mueren”, convirtiendo la muerte en un hecho transitorio y no definitivo, quitándole así toda la fortaleza a sus giros dramáticos.

Obvio, en eso están basados la mayoría de longevos cómics, en historias de las que florecen segundas oportunidades cuando se pasa la página o sale el siguiente ejemplar. Sin embargo, en lo cinematográfico, donde la serialidad no ha sido regla en sus 123 años (contadas excepciones) y hay más permanencia que transitoriedad, este tipo de sagas empiezan a confiar y concentrarse más en su futuro que en su inmediatez, como si siempre todo fuera una preparación para la siguiente, e Infinity War sí que sufre por ese hecho.

Una saga que se convirtió en un Trailer Infinito.

@CINEsfuerzoblog 

 

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